Encontrados 258 resultados para: Guerra

  • Dirige nuestra guerra y obedeceremos tus órdenes.» (1 Macabeos 13, 9)

  • Simón se reconcilió con ellos y no los trató con el rigor de la guerra; pero los echó de la ciudad y purificó los edificios en que había habido ídolos, y luego entró en ella cantando himnos y acciones de gracias al Señor. (1 Macabeos 13, 47)

  • Los ancianos se sentaban en las plazas y todos hablaban de prosperidad; y los jóvenes vestían vistosos trajes de guerra. (1 Macabeos 14, 9)

  • Desapareció del país la guerra, ya que los reyes habían sido derrotados. (1 Macabeos 14, 13)

  • Ya que hombres malvados se han apoderado del reino de nuestros padres, me he propuesto recobrarlo para restablecer la situación anterior. He reunido numerosas tropas y equipado naves de guerra (1 Macabeos 15, 3)

  • El rey Antíoco acampó frente a Dora, en el barrio nuevo, lanzando sin cesar contra ella sus batallones y fabricando máquinas de guerra. Mantuvo encerrado a Trifón de manera que no podía entrar ni salir. (1 Macabeos 15, 25)

  • O bien, paguen en compensación quinientos talentos de plata por los daños que han causado y los impuestos de las ciudades; si no, te declararé la guerra.» (1 Macabeos 15, 31)

  • De igual modo Judas acaba de reunir todos los libros dispersos a consecuencia de la guerra que sufrimos, los cuales están en nuestras manos. (2 Macabeos 2, 14)

  • Pero tú no te imagines que vas a quedar impune después de haber hecho la guerra a Dios.» (2 Macabeos 7, 19)

  • Este nombró en seguida a Nicanor, hijo de Patroclo, uno de sus primeros Amigos, y lo envió al frente de unos veinte mil hombres procedentes de todas las naciones, con la orden de acabar con todos los judíos. Puso a su lado a Gorgias, general de mucha experiencia en asuntos de guerra. (2 Macabeos 8, 9)

  • Entonces, también los idumeos, dueños de fortalezas muy importantes, hostigaban a los judíos y, acogiendo a los fugitivos de Jerusalén, procuraban prolongar la guerra. (2 Macabeos 10, 15)

  • Los hombres de Judas, después de invocar al gran Soberano del mundo, que sin máquinas de guerra había derribado los muros de Jericó en tiempo de Josué, se lanzaron ferozmente contra los muros. (2 Macabeos 12, 15)


Uma filha espiritual perguntou a Padre Pio: “O Senhor cura tantas pessoas, por que não cura esta sua filha espiritual?” Padre Pio respondeu-lhe em voz baixa: “E não nos oferecemos a Deus?” São Padre Pio de Pietrelcina