Encontrados 144 resultados para: Fuerte

  • Y Yavé secará el golfo del mar de Egipto y levantará su mano contra el río Eufrates; con un fuerte soplido lo dividirá en siete brazos que se podrán cruzar sin sacarse los zapatos. (Isaías 11, 15)

  • Lo castigó, echándolo de su casa o desterrándolo, y lo despidió de un soplido tan fuerte como viento del este. (Isaías 27, 8)

  • Aquel día, al sentir el fuerte sonido de la trompeta, acudirán los que andaban perdidos por el país de Asur y los que estaban desparramados por la tierra de Egipto, y adorarán a Yavé en el cerro santo de Jerusalén. (Isaías 27, 13)

  • He aquí que uno, robusto y macizo, mandado por el Señor, los tirará al suelo de un empujón, como si fuese una fuerte granizada, un viento huracanado o una inundación de lluvias torrenciales. (Isaías 28, 2)

  • Entonces la luna alumbrará como el sol y la luz del sol será siete veces más fuerte el día en que Yavé vende la herida de su pueblo y le haga una curación a las magulladuras de sus golpes. (Isaías 30, 26)

  • Sí, aquí viene el Señor Yavé, el fuerte, el que pega duro y se impone. Trae todo lo que ganó con sus victorias, delante de él van sus trofeos. (Isaías 40, 10)

  • Apenas han sido plantados o sembrados, apenas su tallo ha echado raíces en el suelo, sopla sobre ellos y se secan, y un viento fuerte se los lleva como paja. (Isaías 40, 24)

  • Si hubieras estado atento a mis leyes, la dicha te habría inundado como un río. Habrías sido fuerte como las olas del mar, (Isaías 48, 18)

  • «¡Ay, qué dolores en todo mi interior, me duele el corazón! Me palpita tan fuerte que no puedo callarme. ¿No oyes, alma mía, el toque del clarín y el estruendo de la guerra? (Jeremías 4, 19)

  • El fundidor dio tan fuerte con el fuelle que el plomo se consumió, pero inútilmente trabajó, pues la escoria no se desprendió. (Jeremías 6, 29)

  • Yavé lo asegura: Volverán los cautivos a las carpas de Jacob, pues me compadeceré de estas moradas; la ciudad será reedificada sobre sus ruinas, y el fuerte se levantará en su antiguo lugar. (Jeremías 30, 18)

  • Y ahora, Señor, Dios de Israel, tú que sacaste a tu pueblo de Egipto con firme mano, con señales y milagros, con gran poderío y brazo fuerte, haciendo así famoso tu Nombre hasta el día de hoy, (Baruc 2, 11)


“Cada Missa lhe obtém um grau mais alto de gloria no Céu!” São Padre Pio de Pietrelcina