Encontrados 173 resultados para: Escrito

  • Pero todo ha pasado para que así se cumpliera lo escrito en los Profetas.» Entonces todos los discípulos abandonaron a Jesús y huyeron. (Evangelio según San Mateo 26, 56)

  • En el libro del profeta Isaías estaba escrito: «Ya estoy para enviar a mi mensajero delante de ti para que te prepare el camino. (Evangelio según San Marcos 1, 2)

  • Yo se lo digo: Elías ya ha venido, e hicieron con él todo lo que quisieron, tal como de él estaba escrito.» (Evangelio según San Marcos 9, 13)

  • Le mostraron un denario, y Jesús les preguntó: «¿De quién es esta cara y lo que está escrito?» Ellos le respondieron: «Del César.» (Evangelio según San Marcos 12, 16)

  • tal como está escrito en la Ley del Señor: Todo varón primogénito será consagrado al Señor. (Evangelio según San Lucas 2, 23)

  • Esto ya estaba escrito en el libro del profeta Isaías: Oigan ese grito en el desierto: Preparen el camino del Señor, enderecen sus senderos. (Evangelio según San Lucas 3, 4)

  • y le pasaron el libro del profeta Isaías. Jesús desenrolló el libro y encontró el pasaje donde estaba escrito: (Evangelio según San Lucas 4, 17)

  • Jesús le dijo: «¿Qué está escrito en la Escritura? ¿Qué lees en ella?» (Evangelio según San Lucas 10, 26)

  • ¿De quién es esa cara y el nombre que tiene escrito?» Le contestaron: «Del César.» (Evangelio según San Lucas 20, 24)

  • «Maestro, Moisés nos dejó escrito: Si un hombre tiene esposa y muere sin dejar hijos, el hermano del difunto debe tomar a la viuda para darle un hijo, que tomará la sucesión del difunto. (Evangelio según San Lucas 20, 28)

  • Jesús les dijo: «Todo esto se lo había dicho cuando estaba todavía con ustedes; tenía que cumplirse todo lo que está escrito en la Ley de Moisés, en los Profetas y en los Salmos referente a mí.» (Evangelio según San Lucas 24, 44)

  • Les dijo: «Todo esto estaba escrito: los padecimientos del Mesías y su resurrección de entre los muertos al tercer día. (Evangelio según San Lucas 24, 46)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina