Encontrados 79 resultados para: Esclavos

  • Pero serán sus esclavos, para que puedan comparar lo que es servirme y ser esclavo de reyes extranjeros.» (2 Crónicas 12, 8)

  • Y ahora quieren someter a esclavitud a la población de Judá y de Jerusalén y que en adelante sean esclavos y esclavas de ustedes. Miren que ustedes mismos no son inocentes ante Yavé, su Dios. (2 Crónicas 28, 10)

  • Y a los que escaparon de la espada, los llevó prisioneros a Babilonia, donde fueron esclavos de él y de sus hijos hasta que se estableciera el reino de los persas. (2 Crónicas 36, 20)

  • Con todo, desde algún tiempo, se manifestó la misericordia de Yavé, nuestro Dios. Hizo que quedara un resto de nuestro pueblo y permitió que los sobrevivientes se restablecieran en su Santo Lugar; ahí nos ha dado alegría y vida, a pesar de que somos esclavos; (Esdras 9, 8)

  • porque no somos más que esclavos, pero, en medio de nuestra esclavitud, Dios no nos ha abandonado; ha extendido su mano misericordiosa sobre nosotros para apoyarnos frente a los reyes de Persia; nos ha devuelto la vida, nos ha concedido levantar de nuevo la Casa de nuestro Dios, y tener murallas en Jerusalén y en otras ciudades de Judá. (Esdras 9, 9)

  • Sin embargo, somos de la misma raza que nuestros hermanos, y nuestros hijos no son diferentes a sus hijos. Pero tenemos que entregarlos como esclavos; incluso muchas de nuestras hijas son ya tratadas como concubinas. Y no tenemos otra solución, puesto que nuestros campos y viñas ya pasaron a otros.» (Nehemías 5, 5)

  • y les dije: «Nosotros hemos rescatado en la medida de nuestras fuerzas a nuestros hermanos judíos que eran esclavos. ¿Y ahora son ustedes los que compran a sus hermanos?» Se quedaron callados. No tenían qué contestar. (Nehemías 5, 8)

  • Mira que hoy somos nosotros esclavos; somos esclavos en el país que habías dado a nuestros padres para gozar de sus frutos y bienes. (Nehemías 9, 36)

  • Los hombres, sus esposas, sus hijos, sus ganados, los forasteros, los jornaleros y los esclavos se pusieron saco sobre sus cuerpos. (Judit 4, 10)

  • El rey de Egipto los obligó a trabajar haciendo ladrillos, los oprimió y los redujo a la condición de esclavos. (Judit 5, 11)

  • El castigo nos alcanzará en medio de las naciones en que estemos como esclavos, y seremos maltratados por nuestros patrones. No habrá esperanza de que nuestra esclavitud se cambie en una suerte más feliz, sino que el Señor, nuestro Dios, la convertirá en deshonra. (Judit 8, 23)

  • Castigaste a los esclavos junto a los príncipes; y a los príncipes con los siervos. Entregaste sus mujeres al rapto, sus hijas a la esclavitud y sus posesiones para que fueran repartidas entre tus hijos queridos, que habían hecho suyos tus deseos, que tuvieron horror a la profanación hecha a su sangre y pidieron tu ayuda. (Judit 9, 4)


“A caridade é o metro com o qual o Senhor nos julgará.” São Padre Pio de Pietrelcina