Encontrados 1105 resultados para: Ejército de Judá

  • Los hijos de Judá no pudieron expulsar a los jebuseos que vivían en Jerusalén, de manera que siguieron viviendo hasta hoy en Jerusalén con los hijos de Judá. (Josué 15, 63)

  • Se dividirá el país en siete partes, pues Judá tiene su territorio al sur, y la gente de José, el suyo al norte. (Josué 18, 5)

  • Los hijos de Benjamín, distribuidos por familias, fueron los primeros favorecidos por la suerte, con una parte del terreno situado entre los hijos de Judá y los hijos de José. (Josué 18, 11)

  • Desde aquí la frontera tuerce y vuelve en dirección del suroeste, desde el cerro frente a Bet-Horón hasta Cariat-Baal, llamada también Cariatiarim, ciudad de los hijos de Judá. Este era el lado occidental. (Josué 18, 14)

  • La segunda suerte tocó a los hijos de Simeón, según sus familias, y su herencia vino a caer en medio de los hijos de Judá, a saber: (Josué 19, 1)

  • Los hijos de Simeón recibieron su herencia dentro de la de los hijos de Judá debido a que el territorio ocupado por éstos era demasiado extenso. (Josué 19, 9)

  • Señalaron, pues, a Cadés, en la Galilea sobre los cerros de Neftalí, a Siquem, en los cerros de Efraím, y a Cariat-Arbe, o sea Hebrón, en los cerros de Judá. (Josué 20, 7)

  • De la familia de Quehat, los hijos del sacerdote Aarón recibieron, por suerte, trece ciudades de las tribus de Judá, Simeón y Benjamín. (Josué 21, 4)

  • Estos son los nombres de las ciudades de las tribus de Judá y de Simeón que dio Josué (Josué 21, 9)

  • Cariat-Arbe, ciudad del padre de Enac, llamada Hebrón, en los cerros de Judá y sus alrededores. (Josué 21, 11)

  • «Que vayan primero los de la tribu de Judá, y les entregaré el país.» (Jueces 1, 2)

  • Entonces los de Judá dijeron a sus hermanos de la tribu de Simeón: «Ayúdennos a conquistar la parte del país que nos corresponde y, después, conquistaremos juntos la de ustedes.» Así que empezaron la guerra juntos. (Jueces 1, 3)


“A divina bondade não só não rejeita as almas arrependidas, como também vai em busca das almas teimosas”. São Padre Pio de Pietrelcina