Encontrados 176 resultados para: Dinero

  • Al oír esto, Jesús le dijo: «Todavía te falta una cosa: vende todo lo que tienes, reparte el dinero entre los pobres y tendrás un tesoro en el cielo; después ven y sígueme.» (Evangelio según San Lucas 18, 22)

  • Llamó a diez de sus servidores, les entregó una moneda de oro a cada uno y les dijo: «Comercien con ese dinero hasta que vuelva.» (Evangelio según San Lucas 19, 13)

  • Cuando volvió, había sido nombrado rey. Mandó, pues, llamar a aquellos servidores a quienes les había entregado el dinero, para ver cuánto había ganado cada uno. (Evangelio según San Lucas 19, 15)

  • ¿por qué no pusiste mi dinero en el banco? Así a mi regreso lo habría cobrado con los intereses.» (Evangelio según San Lucas 19, 23)

  • Ellos se alegraron y acordaron darle una cantidad de dinero. (Evangelio según San Lucas 22, 5)

  • Hizo un látigo con cuerdas y los echó a todos fuera del Templo junto con las ovejas y bueyes; derribó las mesas de los cambistas y desparramó el dinero por el suelo. (Evangelio según San Juan 2, 15)

  • vendían sus bienes y propiedades y repartían después el dinero entre todos según las necesidades de cada uno. (Hecho de los Apóstoles 2, 45)

  • Entre ellos ninguno sufría necesidad, pues los que poseían campos o casas los vendían, traían el dinero (Hecho de los Apóstoles 4, 34)

  • Éste vendió un campo de su propiedad, trajo el dinero de la venta y lo puso a los pies de los apóstoles. (Hecho de los Apóstoles 4, 37)

  • pero se guardó una parte del dinero, siempre de acuerdo con su esposa; la otra parte la llevó y la entregó a los apóstoles. (Hecho de los Apóstoles 5, 2)

  • Pedro le dijo: «Ananías, ¿por qué has dejado que Satanás se apoderara de tu corazón? Te has guardado una parte del dinero; ¿por qué intentas engañar al Espíritu Santo? (Hecho de los Apóstoles 5, 3)

  • Al ver Simón que mediante la imposición de las manos de los apóstoles se transmitía el Espíritu, les ofreció dinero, (Hecho de los Apóstoles 8, 18)


“Não abandone sua alma à tentação, diz o Espírito Santo, já que a alegria do coração é a vida da alma e uma fonte inexaurível de santidade.” São Padre Pio de Pietrelcina