Encontrados 322 resultados para: Desobediencia de Saúl

  • Saúl respondió: «He pecado. Vuelve, hijo mío, David, que de hoy en adelante no te haré ningún mal, ya que has respetado mi vida. Me he portado como un tonto, y estaba totalmente equivocado.» (1 Samuel 26, 21)

  • Por último, Saúl dijo a David: «Bendito seas, hijo mío, David. Sin duda triunfarás en todas tus empresas.» Después David se fue por su camino y Saúl volvió a su casa. (1 Samuel 26, 25)

  • David se dijo a sí mismo: «Uno de estos días voy a caer en manos de Saúl. Lo mejor es que me refugie en tierra de los filisteos, para que Saúl deje de buscarme por todo el país de Israel. Así no podrá agarrarme. Huiré entonces de sus dominios.» (1 Samuel 27, 1)

  • Se dio aviso a Saúl que David había huido a Gat, y dejó de buscarlo. (1 Samuel 27, 4)

  • Los filisteos se reunieron y vinieron a acampar en Sunén. Saúl reunió también a los hombres de Israel y estableció su campamento en Gelboé. (1 Samuel 28, 4)

  • Entonces dijo a sus muchachos: «Búsquenme a una mujer que evoque los espíritus de los muertos, para que yo me vaya a consultarla.» Ellos respondieron: «Precisamente aquí, cerca, en Endor, hay una.» (Saúl había echado del país a los adivinos y a los que consultan a los espíritus de los muertos.) (1 Samuel 28, 7)

  • Saúl se disfrazó y fue a verla acompañado por dos de sus hombres. Llegaron por la noche donde la mujer y Saúl le dijo: «Consulta al espíritu del que yo te diga.» (1 Samuel 28, 8)

  • Pero la mujer respondió: «Bien sabes que por mandato de Saúl han sido expulsados del país todos los hechiceros y adivinos. ¿Para qué me tientas y me expones a la muerte?» (1 Samuel 28, 9)

  • Saúl le dijo: «Te juro por Dios que esto no te traerá ninguna molestia.» (1 Samuel 28, 10)

  • Y la mujer vio a Samuel. Lanzó un grito fuerte y dijo a Saúl: «¿Por qué me has engañado? ¡Tú eres Saúl!» (1 Samuel 28, 12)

  • El le dijo: «No temas. Pero ¿qué ves?» «Veo un fantasma que sube del abismo.» Saúl preguntó: «¿Qué apariencia tiene?» (1 Samuel 28, 13)

  • Ella respondió: «El que sube es un anciano envuelto en un manto.» Saúl comprendió que era Samuel, y se postró hasta tocar el suelo con su cara. (1 Samuel 28, 14)


“Combata vigorosamente, se está interessado em obter o prêmio destinado às almas fortes.” São Padre Pio de Pietrelcina