Encontrados 352 resultados para: Desierto

  • Por allí vagarán las fieras del desierto y las lechuzas se meterán en sus casas. Allí bailarán los avestruces y danzarán los machos cabríos. (Isaías 13, 21)

  • que convertía al mundo en un desierto, que destruía las ciudades y nunca abría la cárcel a sus presos.» (Isaías 14, 17)

  • «Desde Sela que está en el desierto, lléven corderos al monte de la hija de Sión al soberano del país.» (Isaías 16, 1)

  • Pues se han marchitado los campos de Jesebón y la viña de Sibma, cuyos racimos arrancaron los amos de las naciones. Ella llegaba hasta Yazer y se perdía en el desierto; sus sarmientos se extendían hasta más allá del mar. (Isaías 16, 8)

  • Profecía sobre el desierto que está junto al mar. Esto viene del desierto, del país espantoso, es como una tempestad que pasa por el Negueb. (Isaías 21, 1)

  • Pues mira cómo está la atierra de Caldea, este pueblo ya no existe, Asiria lo ha entregado a las fieras del desierto. Levantaron torres de asalto, demolieron sus castillos, y sólo quedan escombros. (Isaías 23, 13)

  • o como el ardor del sol en el desierto; pero tú rebajas la arrogancia de los extranjeros como el calor del sol, y haces callar el canto de los tiranos. (Isaías 25, 5)

  • La ciudad fortificada está ahora solitaria, permanece abandonada y triste como un desierto. Allí van a pastar los animales, allí crecen y se extienden los matorrales. (Isaías 27, 10)

  • Cada uno de ellos será como un cortaviento, o como un refugio para guarecerse del temporal. Serán como un río que corre por el desierto o como la sombra de un cerro en medio de una llanura calurosa. (Isaías 32, 2)

  • Pero sobre nosotros se derramará el espíritu desde arriba. Entonces el desierto se transformará un vergel, y lo que ahora es llamado vergel será tenido por terreno baldío. (Isaías 32, 15)

  • En el desierto acampará el Derecho; en el jardín descansará la Justicia. (Isaías 32, 16)

  • La tierra está de luto y se muere, el Líbano ha sido humillado y queda árido, el Sarón parece un desierto, y un peladero, el Basán y el Carmelo. (Isaías 33, 9)


“Menosprezai vossas tentações e não vos demoreis nelas. Imaginai estar na presença de Jesus. O crucificado se lança em vossos braços e mora no vosso coração. Beijai-Lhe a chaga do lado, dizendo: ‘Aqui está minha esperança; a fonte viva da minha felicidade. Seguro-vos, ó Jesus, e não me aparto de vós, até que me tenhais posto a salvo’”. São Padre Pio de Pietrelcina