Encontrados 41 resultados para: Derechos

• Samuel dio a conocer al pueblo los derechos y deberes de los reyes y los escribió en un libro que guardó delante de Yavé. (1 Samuel 10, 25)

• Los de Israel respondieron: «Tenemos más derechos que ustedes sobre el rey, pues somos diez por uno; ¿por qué, pues, nos ofenden de esa manera? Además el rey nos debe más que a ustedes. ¿No hemos sido los primeros en hacer volver al rey David?» Pero los de Judá contestaron con palabras más duras. (2 Samuel 19, 44)

• Hijos de Rubén, primogénito de Israel. Rubén había nacido el primero, pero porque fue con la concubina de su padre, sus derechos de primogénito pasaron a los hijos de José, hijo de Israel. Con todo, José no fue inscrito en las genealogías como el primogénito, (1 Crónicas 5, 1)

• pues Judá se hizo poderoso entre sus hermanos y de él procede el príncipe, pero los derechos de primogénito pertenecen a José. (1 Crónicas 5, 2)

• Yo les contesté: «El Dios de los Cielos nos dará éxito. Nosotros, sus siervos, vamos a ponernos a trabajar. En cuanto a ustedes, no tienen derechos, ni herencia, ni méritos de qué valerse en Jerusalén.» (Nehemías 2, 20)

• ¿serás tú quien firmará mi sentencia y me condenará para afirmar tus derechos? (Job 40, 8)

• Te has sentado en tu trono, cual juez justo y has reinvindicado mi causa y mis derechos. (Salmos 9, 5)

• Ríanse y alégrense los que creen en mis derechos, y que puedan decir siempre: "¡Grande es el Señor, pues supo defender a su servidor!" (Salmos 35, 27)

• Hará brillar tus méritos como la luz y tus derechos como el sol del mediodía. (Salmos 37, 6)

• Si vuelven a acusarte, defenderemos sus derechos y lucharemos contra ti por mar y tierra.» (1 Macabeos 8, 32)

• Se comprometió, además, a firmar el pago de otros ciento cincuenta, si le daba facultad para instalar por su cuenta un gimnasio y un centro para la promoción cultural de la juventud y para conceder a varios habitantes de Jerusalén los derechos de_C iudadanos antioquenos. (2 Macabeos 4, 9)

• El justo conoce los derechos del pobre, el malo no quiere saber de ellos. (Proverbios 29, 7)