Encontrados 66 resultados para: Columnas

  • Además, en lo ancho del atrio que mira al oeste había cortinas por espacio de veinticinco metros, con diez columnas y otras tantas basas de bronce. (Exodo 38, 12)

  • con tres columnas y otras tantas basas por cada lado. (Exodo 38, 15)

  • Las basas de las columnas eran de bronce. Los ganchos y las varillas eran de plata; los capiteles estaban cubiertos de plata. (Exodo 38, 17)

  • Sus cuatro columnas y basas eran de bronce, sus ganchos y varillas de plata. Sus capiteles estaban cubiertos de plata. (Exodo 38, 19)

  • Los cien talentos de plata se emplearon en fundir las basas del Santuario y las basas de las columnas que sostenían el velo; cien basas correspondientes a los cien talentos, un talento por basa. (Exodo 38, 27)

  • Moisés alzó la Morada, asentó las basas, colocó sus tablones, puso los travesaños y erigió sus columnas. (Exodo 40, 18)

  • de sus travesaños, columnas y bases, de todos sus utensilios; y de las columnas que rodeaban el atrio con sus basas, clavos y cuerdas. (Números 3, 37)

  • Esto es lo que han de transportar y éste es el servicio que ellos prestarán en la Tienda de las Citas: los tablones de la Morada, sus travesaños, columnas y basas; (Números 4, 31)

  • las columnas que rodean el atrio con sus basas, clavos y cuerdas: todos sus utensilios y todo lo necesario para su servicio. Señalarán con nombre cada uno de los objetos que han de transportar. (Números 4, 32)

  • «Traigan a Sansón para que nos divierta.» Lo trajeron de la cárcel y lo colocaron entre las columnas, y él los estuvo divirtiendo. (Jueces 16, 24)

  • Sansón dijo entonces al muchacho que lo llevaba de la mano: «Guíame para que pueda tocar las columnas en las que descansa la casa y así consiga apoyarme en ellas.» (Jueces 16, 26)

  • Sansón palpó las dos columnas centrales sobre las que descansaba la casa, se apoyó en ellas con su brazo derecho y con el izquierdo y gritó: (Jueces 16, 29)


“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina