Encontrados 160 resultados para: Benjamín

  • Salieron, avanzando en igual número, doce jóvenes de Benjamín por Isbaal, hijo de Saúl, y doce de los servidores de David. (2 Samuel 2, 15)

  • Los hijos de Benjamín, formando un apretado grupo, hicieron filas detrás de Abner y se parapetaron en lo alto de la colina de Ammá. (2 Samuel 2, 25)

  • Los servidores de David, por su parte, habían dado muerte a trescientos sesenta hombres de la tribu de Benjamín y de los de Abner. (2 Samuel 2, 31)

  • También habló Abner a los de la tribu de Benjamín; después fue a Hebrón a comunicar a David todo lo que habían aprobado Israel y la tribu de Benjamín. (2 Samuel 3, 19)

  • El hijo de Saúl tenía dos jefes de tropas, uno llamado Baamá, y el otro Recab. Eran hijos de Rimón de Beerot, benjaminitas, pues también Beerot era contada entre las ciudades de Benjamín. (2 Samuel 4, 2)

  • Semeí, hijo de Guera, de la tribu de Benjamín, que era de Bajurim, bajó apresuradamente con los hombres de la tribu de Judá al encuentro del rey David. (2 Samuel 19, 17)

  • Lo acompañaban mil hombres de la tribu de Benjamín. También Sibá, mayordomo de la familia de Saúl, vino con sus quince hijos y veinte servidores. Pasaron el Jordán antes que el rey y se pusieron a su disposición, (2 Samuel 19, 18)

  • Había allí un hombre perverso llamado Sebá, hijo de Bikrí, de la tribu de Benjamín, que hizo sonar la trompeta y dijo: «¡Nada tenemos que ver con David ni con su herencia! ¡Váyase cada uno a su hogar, Israel!» (2 Samuel 20, 1)

  • Todos juntos fueron sepultados en tierra de Benjamín, en Selá, en el sepulcro de Quis, padre de Saúl. Se hizo todo lo que el rey había ordenado, y después de esto Dios tuvo piedad del país. (2 Samuel 21, 14)

  • Jeles, hijo de Baaná, de Netofá; Itay, hijo de Ribay, de Guibeá de Benjamín; (2 Samuel 23, 29)

  • Semeí, hijo de Ela, en Benjamín. (1 Reyes 4, 18)

  • Al llegar Roboam a Jerusalén, reunió toda la tribu de Judá y la de Benjamín, ciento cincuenta mil hombres, guerreros escogidos, para pelear contra los de Israel y someterlos. (1 Reyes 12, 21)


“Mantenha-se sempre muito unido à Igreja Católica, pois somente ela pode lhe dar a verdadeira paz, porque somente ela possui Jesus Sacramentado que é o verdadeiro príncipe da paz.” São Padre Pio de Pietrelcina