Encontrados 144 resultados para: Asamblea

  • Esdras trajo la Ley ante la asamblea, en que se mezclaban hombres y mujeres, y todos los niños que podían entender lo que se iba a leer. Era el primer día del séptimo mes. (Nehemías 8, 2)

  • Toda la asamblea de los que habían regresado del destierro, hicieron chozas y habitaron en ellas, cosa que los israelitas no habían hecho desde los días de Josué, hijo de Nun. Y hubo gran alegría. (Nehemías 8, 17)

  • Leyeron el libro de la Ley de Dios diariamente, desde el primer día hasta el último de la fiesta; la fiesta duró siete días y se concluyó el día octavo con una asamblea. (Nehemías 8, 18)

  • En aquel tiempo se leyó en presencia del pueblo el libro de la Ley de Moisés, y se encontró escrito en él: «El amonita y el moabita jamás entrarán en la asamblea de Dios, (Nehemías 13, 1)

  • Calmado el alboroto de la asamblea, Holofernes, jefe supremo del ejército de Asiria, dijo a Ajior y a los moabitas delante de los pueblos extranjeros: (Judit 6, 1)

  • Convocaron a todos los dirigentes de la ciudad, también se unieron a la asamblea los jóvenes y las mujeres; pusieron a Ajior en medio del pueblo y Ozías lo interrogó sobre lo que había pasado. (Judit 6, 16)

  • Ajior les dio a conocer lo de la asamblea de Holofernes, lo que dijo delante de todos los jefes de los asirios, y las amenazas de Holofernes contra Israel. (Judit 6, 17)

  • Toda la asamblea se conmovió profundamente y clamó a Yavé, su Dios, a grandes voces. (Judit 7, 29)

  • Tengo la piel quemada pero no por el sol, En la asamblea quise hablar, pero fue sólo un chillido (Job 30, 28)

  • Que la asamblea de las naciones te rodee, y presídela tú, desde lo alto. (Salmos 7, 8)

  • Te daré gracias en la gran asamblea, te alabaré cuando esté todo el pueblo. (Salmos 35, 18)

  • Publiqué tu camino en la gran asamblea, no me callé, Señor, tú bien lo sabes. (Salmos 40, 10)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina