Encontrados 673 resultados para: Anciano de Días
Todos los de ustedes que derramaron sangre o que tocaron a algún muerto, quedarán fuera del campamento durante siete días, y se purificarán el tercer y el séptimo día. Ustedes harán lo mismo con las cautivas. (Números 31, 19)
Anduvieron tres días de camino por el desierto de Etam y acamparon en Mará. (Números 33, 8)
Desde el Horeb hasta Cadés Barné, habían corrido once días de camino por los montes de Seir. (Deuteronomio 1, 2)
Pero ¡fíjate bien! Ten mucho cuidado de no olvidarte de estas cosas que tus ojos han visto. Guárdalas en tu interior todos los días de tu vida, y repíteselas a tus hijos y a tus nietos. (Deuteronomio 4, 9)
Seis días tienes para trabajar y hacer tus quehaceres. (Deuteronomio 5, 13)
Honra a tu padre y a tu madre, como Yavé, Dios tuyo, te lo tiene mandado, y tus días se prolongarán por mucho tiempo y te irá bien en la tierra que Yavé, tu Dios, te da. (Deuteronomio 5, 16)
sino que sigan en todo el camino que Yavé les ha marcado; así vivirán y tendrán éxito, y sus días se prolongarán en la tierra que pasará a ser suya. (Deuteronomio 5, 33)
Temerás a Yavé, tu Dios, y guardarás todos los días de tu vida sus mandamientos y sus normas que te enseño hoy. Que los guarden tus hijos y los hijos de tus hijos, para que vivan largos años. (Deuteronomio 6, 2)
Yo había subido al monte para recibir las tablas de piedra, las tablas de la Alianza que Yavé había pactado con ustedes, permaneciendo en el monte cuarenta días y cuarenta noches, sin comer ni beber. (Deuteronomio 9, 9)
Y Yavé me dio las dos tablas de piedra, las tablas de la Alianza, al terminarse los cuarenta días y las cuarenta noches. (Deuteronomio 9, 11)
Luego me postré ante Yavé y, como la otra vez, estuve cuarenta días y cuarenta noches sin comer pan ni beber agua, por el pecado que habían cometido; pues habían hecho lo que es malo a los ojos de Yavé hasta irritarlo. (Deuteronomio 9, 18)
Me postré, pues, delante de Yavé. Lo hice mil veces en esos cuarenta días y cuarenta noches porque hablaba de acabar con ustedes. (Deuteronomio 9, 25)