Encontrados 17 resultados para: Acuérdense

  • Acuérdense de que Yavé les ha dado el sábado, y por esto el día sexto les ha doblado la ración. Quédense cada uno en su casa y que nadie se mueva el día séptimo.» (Exodo 16, 29)

  • Acuérdense cómo Jacob entró en Egipto y cómo clamaron a Yavé los padres de ustedes cuando fueron oprimidos. Entonces envió a Moisés y a Aarón, que sacaron a sus padres de Egipto y lo pusieron en este lugar. (1 Samuel 12, 8)

  • Tenían miedo, pero me levanté y dije a los notables, a los consejeros y al resto del pueblo: «Acuérdense del Señor, grande y formidable, y peleen por sus hermanos, hijos e hijas, por sus mujeres y sus casas.» (Nehemías 4, 8)

  • Acuérdense de las hazañas que nuestros padres cumplieron en su tiempo, y alcancen también ustedes la gloria y la fama que no perecen. (1 Macabeos 2, 51)

  • Acuérdense de Abraham, que se mostró fiel en la hora de la prueba y, por eso, Dios lo consideró justo. (1 Macabeos 2, 52)

  • ¡Ustedes, que se libraron de la espada, partan, no se queden allí! Acuérdense de Yavé en esta tierra lejana, y que Jerusalén les venga a la memoria: (Jeremías 51, 50)

  • Acuérdense de la ley de Moisés, mi servidor, a quien entregué en el Cerro Horeb leyes y ordenanzas para todo Israel. (Malaquías 3, 22)

  • Acuérdense de la mujer de Lot. (Evangelio según San Lucas 17, 32)

  • No está aquí. Resucitó. Acuérdense de lo que les dijo cuando todavía estaba en Galilea: (Evangelio según San Lucas 24, 6)

  • Acuérdense de lo que les dije: el servidor no es más que su patrón. Si a mí me han perseguido, también los perseguirán a ustedes. ¿Acaso acogieron mi enseñanza? ¿Cómo, pues, acogerían la de ustedes? (Evangelio según San Juan 15, 20)

  • Acuérdense de Abrahán: Creyó a Dios, que se lo tomó en cuenta y lo consideró un justo. (Carta a los Gálatas 3, 6)

  • Acuérdense de que fueron gente pagana; los que se llaman a sí mismos circuncisos, por una circuncisión quirúrgica, los llamaban a ustedes incircuncisos. (Carta a los Efesios 2, 11)


“A mulher forte é a que tem temor de Deus, a que mesmo à custa de sacrifício faz a vontade de Deus.” São Padre Pio de Pietrelcina