Encontrados 59 resultados para: Abraham

  • Pues bien, murió el pobre y fue llevado por los ángeles al cielo junto a Abraham. También murió el rico, y lo sepultaron. (Evangelio según San Lucas 16, 22)

  • Estando en el infierno, en medio de los tormentos, el rico levantó los ojos y vio a lo lejos a Abraham y a Lázaro con él en su regazo. (Evangelio según San Lucas 16, 23)

  • Entonces gritó: «Padre Abraham, ten piedad de mí, y manda a Lázaro que moje en agua la punta de su dedo y me refresque la lengua, porque me atormentan estas llamas.» (Evangelio según San Lucas 16, 24)

  • Abraham le respondió: «Hijo, recuerda que tú recibiste tus bienes durante la vida, mientras que Lázaro recibió males. Ahora él encuentra aquí consuelo y tú, en cambio, tormentos. (Evangelio según San Lucas 16, 25)

  • El otro replicó: «Entonces te ruego, padre Abraham, que envíes a Lázaro a la casa de mi padre, (Evangelio según San Lucas 16, 27)

  • Abraham le contestó: «Tienen a Moisés y a los profetas; que los escuchen.» (Evangelio según San Lucas 16, 29)

  • El rico insistió: «No lo harán, padre Abraham; pero si alguno de entre los muertos fuera donde ellos, se arrepentirían.» (Evangelio según San Lucas 16, 30)

  • Abraham le replicó: «Si no escuchan a Moisés y a los profetas, aunque resucite uno de entre los muertos, no se convencerán.» (Evangelio según San Lucas 16, 31)

  • Jesús, pues, dijo con respecto a él: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, pues también este hombre es un hijo de Abraham. (Evangelio según San Lucas 19, 9)

  • En cuanto a saber si los muertos resucitan, el mismo Moisés lo dio a entender en el pasaje de la zarza, cuando llama al Señor: Dios de Abraham, Dios de Isaac y Dios de Jacob. (Evangelio según San Lucas 20, 37)

  • Pero no; es el Dios de Abraham, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, el que acaba de glorificar a su siervo Jesús. Ustedes lo entregaron y, cuando Pilato decidió dejarlo en libertad, renegaron de él. (Hecho de los Apóstoles 3, 13)


“Todas as graças que pedimos no nome de Jesus são concedidas pelo Pai eterno.” São Padre Pio de Pietrelcina