Encontrados 1649 resultados para: éste

  • Que cada uno ponga al servicio de los demás el carisma que ha recibido, y de este modo serán buenos administradores de los diversos dones de Dios. (1º Carta de Pedro 4, 10)

  • Ha llegado el tiempo del juicio, y éste empieza por la casa de Dios. Pues si comienza por nosotros, ¿qué fin tendrán los que se niegan a creer en el Evangelio? (1º Carta de Pedro 4, 17)

  • Resístanle firmes en la fe, sabiendo que nuestros hermanos en este mundo se enfrentan con persecuciones semejantes. (1º Carta de Pedro 5, 9)

  • Por ellas nos ha concedido lo más grande y precioso que se pueda ofrecer: ustedes llegan a ser partícipes de la naturaleza divina, escapando de la corrupción que en este mundo va a la par con el deseo. (2º Carta de Pedro 1, 4)

  • Me parece bueno avivar su memoria mientras esté en la presente morada, (2º Carta de Pedro 1, 13)

  • cuando recibió de Dios Padre gloria y honor. En ese momento llegó sobre él una palabra muy extraordinaria de la gloriosa Majestad: «Este es mi Hijo muy querido, el que me agradó eligir.» (2º Carta de Pedro 1, 17)

  • Este hombre recto vivía en medio de ellos, y su conciencia recta sufría día tras día viendo y oyendo sus crímenes. (2º Carta de Pedro 2, 8)

  • Y por la misma palabra este mundo pereció anegado por las aguas del diluvio. (2º Carta de Pedro 3, 6)

  • Este es el mensaje que hemos recibido de él y que les anunciamos a ustedes: que Dios es luz y que en él no hay tinieblas. (1º Carta de Juan 1, 5)

  • Hijos queridos, no les escribo un mandamiento nuevo, sino el mandamiento antiguo, el que ustedes tenían desde el comienzo; este mandamiento antiguo es la palabra misma que han oído. (1º Carta de Juan 2, 7)

  • Bien saben que Este vino para quitar nuestros pecados, y que en él no hay pecado. (1º Carta de Juan 3, 5)

  • Debemos amarnos unos a otros, pues este es el mensaje que ustedes han oído desde el comienzo. (1º Carta de Juan 3, 11)


“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina