Encontrados 58 resultados para: �Sube

  • Todos los profetas decían lo mismo: «Sube contra Ramot de Galaad, que tendrás éxito: Yavé la entregará en tus manos.» (1 Reyes 22, 12)

  • Entonces un ángel de Yavé dijo a Elías, del pueblo de Tisbé: «Levántate y sube al encuentro de los mensajeros del rey de Samaria y diles: ¿Por qué van ustedes a consultar a Baalzebub, dios de Acarón? ¿Será porque no hay Dios en Israel? (2 Reyes 1, 3)

  • «¡Sube, pelado! ¡Sube, pelado!» El se dio la vuelta, los vio y los maldijo en nombre de Yavé. Salieron dos osas del bosque y destrozaron a cuarenta y dos de ellos. (2 Reyes 2, 24)

  • Entonces Amasías envió mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, para decirle: «Sube y veremos cuál de los dos puede más.» (2 Reyes 14, 8)

  • ¿Y ahora piensas tú que he subido a este lugar para destruirlo sin el permiso de Yavé? Es precisamente Yavé quien me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela.» (2 Reyes 18, 25)

  • «Sube donde el sumo sacerdote Helquías, y dile que funda el dinero que la gente ofrece para la Casa de Yavé y que recogen los guardias de las puertas, (2 Reyes 22, 4)

  • Yavé le respondió: «Sube, pues yo los entregaré en tus manos.» Los filisteos avanzaron hasta Baalfarasim y allí los derrotó David y dijo: «Yavé ha disipado por mi mano a los enemigos, como se disipan las aguas.» Y por esto se llamó aquel lugar Baalfarasim. (1 Crónicas 14, 11)

  • Y todos los profetas hablaban del mismo modo diciendo: «Sube contra Ramot de Galaad y tendrás éxito. Yavé la entregará en manos del rey.» (2 Crónicas 18, 11)

  • Amasías, rey de Judá, después de haber consultado, mandó mensajeros a Joás, hijo de Joacaz, hijo de Jehú, rey de Israel, para decirle: «Sube y nos veremos las caras.» (2 Crónicas 25, 17)

  • Tú, sin embargo, estás en el Santuario, de allí sube hasta ti la alabanza de Israel. (Salmos 22, 4)

  • Dios sube entre fanfarrias, para el Señor resuenan los cuernos; (Salmos 47, 6)

  • Pero a ti, oh Dios, sube mi oración, sea ése el día de tu favor. Según tu gran bondad, oh Dios, respóndeme, sálvame tú que eres fiel. (Salmos 69, 14)


“Para consolar uma alma na sua dor, mostre-lhe todo o bem que ela ainda pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina