Encontrados 273 resultados para: �Esos

  • En esos años los israelitas clamaron a Yavé, diciendo: «Hemos pecado contra ti porque hemos abandonado a Yavé, nuestro Dios, para servir a los Baales.» (Jueces 10, 10)

  • Su padre y su madre le dijeron: «¿No hay ninguna mujer entre las hijas de tus hermanos y en todo el pueblo, para que vayas a tomar mujer entre esos filisteos incircuncisos?» Sansón le respondió a su padre: «Toma ésta para mí, porque es la que me gusta.» (Jueces 14, 3)

  • Y añadió a su muchacho: «Vamos a acercarnos a uno de esos poblados. Pasaremos la noche en Guibea o Ramá.» (Jueces 19, 13)

  • Entréguennos, pues, a esa gente, esos malvados de Guibea, para que los matemos y desaparezca el mal de Israel.» Pero los benjaminitas no quisieron hacer caso a sus hermanos israelitas. (Jueces 20, 13)

  • «¡Pero si el dueño de esos campos es Booz! ¡Bendito sea Yavé, que siempre se muestra tan bueno con los vivos y los muertos! Ese hombre es pariente nuestro; a él, entre otros, le corresponde rescatarnos.» (Rut 2, 20)

  • Pobres de nosotros. Nunca nos había sucedido hasta ahora una desgracia semejante. ¿Quién nos librará de las manos de esos poderosos dioses? Estos son los dioses que castigaron a Egipto con toda clase de plagas. Arriba, filisteos; (1 Samuel 4, 8)

  • Guilgal y Mizpá, juzgando a Israel en todos esos lugares, (1 Samuel 7, 16)

  • Entonces el pueblo dijo a Samuel: «¿Dónde están los que preguntaron si Saúl iba a reinar sobre nosotros? Entréganos esos hombres para matarlos.» (1 Samuel 11, 12)

  • Entonces Jonatán dijo a su escudero: «Ven, ataquemos la posición de esos incircuncisos; puede ser que Yavé combata con nosotros y venzamos, ya que le es igualmente fácil a Dios dar la victoria con mucha o poca gente.» (1 Samuel 14, 6)

  • Pero Samuel preguntó: «¿Y qué son esos balidos que llegan a mis oídos y esos mugidos que oigo?» (1 Samuel 15, 14)

  • Pues bien, él te envió al combate con esta misión: «Anda a acabar con todos esos pecadores, los amalecitas; hazles la guerra hasta que no quede ninguno.» ¿Por qué, entonces, desobedeciste a Yavé? (1 Samuel 15, 18)

  • Y agregó: «Esos hombres fueron muy buenos con nosotros: nunca nos molestaron ni nada nos faltó de nuestros rebaños mientras estuvimos con ellos en el campo. (1 Samuel 25, 15)


“O grau sublime da humildade é não só reconhecer a abnegação, mas amá-la.” São Padre Pio de Pietrelcina