Encontrados 33 resultados para: �Déjame

  • Saúl dijo a Micol: «¿Por qué me has engañado y has dejado escapar a mi enemigo?» Ella respondió: «Porque él me dijo: Déjame irme o te mato.» (1 Samuel 19, 17)

  • David le respondió: «¡Mira! Mañana es la fiesta de la luna nueva y yo tendría que sentarme con el rey a comer. Pero déjame que vaya a esconderme en el campo por dos días. (1 Samuel 20, 5)

  • Me dijo: Déjame ir, por favor, porque se celebra un sacrificio de familia en nuestra ciudad y mi hermano me ha invitado. Si quieres, pues, hacerme un favor, permíteme dar una vuelta por allí para ver a mis hermanos. Por eso no ha venido a la mesa del rey.» (1 Samuel 20, 29)

  • Entonces Abisay dijo a David: «Dios ha puesto hoy en tus manos a tu enemigo. Déjame ahora mismo clavarlo en tierra de una sola lanzada; no será necesario repetir el golpe.» (1 Samuel 26, 8)

  • Abisaí, hijo de Sarvia, dijo al rey: «¿Cómo se atreve ese perro hediondo a insultarte? Déjame pasar el torrente, y le corto la cabeza.» (2 Samuel 16, 9)

  • Ajitofel dijo a Absalón: «Déjame elegir doce mil hombres para ir en persecución de David esta misma noche. (2 Samuel 17, 1)

  • Ajimás, hijo de Sadoc, dijo: «Déjame ir corriendo a anunciar al rey la buena noticia de que Yavé lo ha librado de manos de sus enemigos.» (2 Samuel 18, 19)

  • Ajimás, hijo de Sadoc, insistió nuevamente y dijo a Joab: «Pase lo que pase, déjame correr tras el cusita.» Joab le respondió: «¿Por qué quieres correr, hijo mío? Esta noticia no te traerá recompensa.» (2 Samuel 18, 22)

  • Ajimás prosiguió: «No importa. Déjame ir.» Joab le replicó: «Bueno, anda.» Ajimás corrió por el camino de la llanura y adelantó al cusita. (2 Samuel 18, 23)

  • Estando en Egipto, Hadad recibió noticias de que David había muerto y que también había muerto Joab, jefe del ejército. Dijo entonces Hadad a Faraón: «Déjame partir para ir a mi tierra.» (1 Reyes 11, 21)

  • Faraón le contestó: «¿Qué te falta estando a mi lado para que quieras irte a tu tierra?» El respondió: «Nada, pero déjame partir.» Así, pues, Hadad llegó a ser un adversario: reinaba en Edom y odiaba a Israel. (1 Reyes 11, 22)

  • Eliseo entonces abandonó los bueyes, corrió tras Elías y le dijo: «Déjame ir a abrazar a mi padre y a mi madre y te seguiré.» Respondió Elías: «Vuélvete, si quieres; era algo sin importancia.» (1 Reyes 19, 20)


“O amor tudo esquece, tudo perdoa, sem reservas.” São Padre Pio de Pietrelcina