Tobías, 11
9. Ana se echó al cuello de su hijo, diciendo: «Por fin te he vuelto a ver, hijo. ¡Ahora ya puedo morir!»
9. Ana se echó al cuello de su hijo, diciendo: «Por fin te he vuelto a ver, hijo. ¡Ahora ya puedo morir!»
“Não se desencoraje se você precisa trabalhar muito para colher pouco. Se você pensasse em quanto uma só alma custou a Jesus, você nunca reclamaria!” São Padre Pio de Pietrelcina