15. Les gritaban: ¡Apártense, un impuro! ¡Apártense, no lo toquen! Y cuando huían y vagaban, se decía entre las naciones: ¡Aquí no seguirán como huéspedes!





“Para consolar uma alma na sua dor, mostre todo o bem que ela ainda pode fazer”. São Padre Pio de Pietrelcina