Bíblia Católica
 

Carta a los Romanos, 1

27. Los hombres, asimismo, dejan la relación natural con la mujer y se apasionan los unos por los otros; practican torpezas varones con varones, y así reciben en su propia persona el castigo merecido por su aberración.

Versículos relacionados com Carta a los Romanos, 1:

Romanos 1 comienza con una actuación de Paul y su mensaje a la iglesia en Roma. Él enfatiza la justicia de Dios y la necesidad de que todos los hombres se arrepientan y crean en el Evangelio. Los siguientes son cinco versículos relacionados con los temas abordados en Romanos 1:

Juan 3:36: "El que cree en el Hijo tiene vida eterna; pero el que no cree en el Hijo no verá la vida, pero la ira de Dios sobre él permanece". Este versículo enfatiza la necesidad de creer en el Hijo de Dios, Jesucristo y la consecuencia de aquellos que no creen.

Romanos 3:23: "Porque todos han pecado y privado son de la gloria de Dios". Este versículo enfatiza la condición de todos los seres humanos, que son pecadores y no pueden lograr la gloria de Dios por sus propios méritos.

Romanos 5:8: "Pero Dios demuestra su propio amor para nosotros, porque Cristo ha muerto por nosotros, todavía somos pecadores". Este versículo destaca la gran prueba de amor de Dios enviando a su hijo a morir por nosotros, incluso cuando éramos pecadores.

Romanos 6:23: "Porque el salario del pecado es la muerte, pero el don libre de Dios es la vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor". Este versículo enseña que el pecado conduce a la muerte, pero Dios ofrece el don libre de la vida eterna a través de Jesucristo.

Efesios 2:8-9: "Porque por gracia eres salvado, a través de la fe; y esto no viene de ti, es el don de Dios; no viene de las obras, para que nadie pueda glorioso". Este versículo enfatiza que la salvación es por la gracia de Dios a través de la fe en Jesucristo, y no por las obras del hombre.





“A sua função é tirar e transportar as pedras, e arrancar os espinhos. Jesus é quem semeia, planta, cultiva e rega. Mas seu trabalho também é obra de Jesus. Sem Ele você nada pode fazer.” São Padre Pio de Pietrelcina