21. Los que presidían ese banquete impío lo tomaron aparte, pues lo conocían desde hacía mucho tiempo, y trataron de convencerlo que simulara comerse aquella carne, pero que comiera en realidad cosas permitidas preparadas por él mismo.





“As almas! As almas! Se alguém soubesse o preço que custam”. São Padre Pio de Pietrelcina