3. Pero el malvado preguntó si en efecto había en el cielo un Soberano que hubiera ordenado santificar el sábado.





“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina