1. Terminado todo esto, salieron todos los israelitas que se encontraban presentes a recorrer las ciudades de Judá y rompieron las piedras paradas, abatieron los troncos sagrados y derribaron los santuarios de lomas y los altares en todo Judá y Benjamín, y también en Efraím y Manasés, hasta acabar con ellos. Después volvieron todos los hijos de Israel, cada cual a su propiedad, a sus ciudades.





“É necessário manter o coração aberto para o Céu e aguardar, de lá, o celeste orvalho.” São Padre Pio de Pietrelcina