45. Empezó a soplar el viento y las nubes oscurecieron el cielo, hasta que cayó una gran lluvia. Ajab entonces subió a su carro y se fue a Jezrael.





“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina