16. Entonces una mujer, avisada, comenzó a gritar desde la ciudad: "¡Escuchad! ¡Escuchad! Decid a Joab que venga; que quiero hablar con él".





“Se precisamos ter paciência para suportar os defeitos dos outros, quanto mais ainda precisamos para tolerar nossos próprios defeitos!” São Padre Pio de Pietrelcina