28. Sus servidores lo transportaron en un carro a Jerusalén y lo sepultaron en su sepulcro, con sus padres, en la ciudad de David.





“Não nos preocupemos quando Deus põe à prova a nossa fidelidade. Confiemo-nos à Sua vontade; é o que podemos fazer. Deus nos libertará, consolará e enorajará.” São Padre Pio de Pietrelcina