II Reyes, 25
6. Apresaron al rey, y lo condujeron a Ribla, ante el rey de Babilonia, el cual pronunció contra él la sentencia.
6. Apresaron al rey, y lo condujeron a Ribla, ante el rey de Babilonia, el cual pronunció contra él la sentencia.
“Não se desencoraje, pois, se na alma existe o contínuo esforço de melhorar, no final o Senhor a premia fazendo nela florir, de repente, todas as virtudes como num jardim florido.” São Padre Pio de Pietrelcina