Malaquías, 1
9. Ahora, pues, ablandad el rostro de Dios para que tenga compasión de nosotros. De vuestras manos viene esto, ¿acaso os acogerá benignamente?, dice Yahveh Sebaot.
9. Ahora, pues, ablandad el rostro de Dios para que tenga compasión de nosotros. De vuestras manos viene esto, ¿acaso os acogerá benignamente?, dice Yahveh Sebaot.
“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina