30. Tú, pues, les profetizas todas estas palabras y les dices: Yahveh desde lo alto ruge, y desde su santa Morada da su voz. Ruge contra su aprisco: grita como los lagareros. A todos los habitantes de la tierra





“Pense na felicidade que está reservada para nós no Paraíso”. São Padre Pio de Pietrelcina