12. ¿Acaso el Abaná y el Farfar, ríos de Damasco, no son mejores que todas las aguas de Israel? ¿No podría bañarme en ellos para quedar limpio?» Y, dando la vuelta, partió encolerizado.





“Rezai e continuai a rezar para não ficardes entorpecidos”. São Padre Pio de Pietrelcina