Encontrados 41 resultados para: tuvieron

  • Pues bien, una misma noche los dos, el copero y el panadero, tuvieron cada uno un sueño con su propio significado para cada uno. (Génesis 40, 5)

  • No se veían unos a otros; durante tres días nadie se movió de su lugar. Pero los israelitas tuvieron luz en la región donde vivían. (Exodo 10, 23)

  • Nadab y Abihú murieron en presencia del Señor, en el desierto del Sinaí, cuando intentaron ofrecerle fuego profano. No tuvieron hijos. Entonces Eleazar e Itamar ejercieron el sacerdocio en vida de su padre Aarón. (Números 3, 4)

  • Subieron, pues, unos tres mil hombres, pero tuvieron que huir ante los de Ay, (Josué 7, 4)

  • Y tuvieron entronizado el ídolo durante todo el tiempo que la casa de Dios estuvo en Silo. (Jueces 18, 31)

  • Los filisteos tuvieron miedo, porque decían: "Ha venido Dios al campamento. ¡Ay de nosotros! Esto no había sucedido nunca. (I Samuel 4, 7)

  • Los filisteos se enteraron de que los israelitas se habían reunido en Mispá, y los jefes de los filisteos fueron contra ellos. Los israelitas, al saberlo, tuvieron miedo (I Samuel 7, 7)

  • El mensajero respondió a David: "Aquellos hombres tuvieron ventaja sobre nosotros; hicieron una salida contra nosotros al campo, y nosotros los rechazamos hasta la entrada de la puerta; (II Samuel 11, 23)

  • Fue e hizo lo que Elías le había dicho, y tuvieron para comer él, ella y toda su casa durante algún tiempo. (I Reyes 17, 15)

  • Pero no hicieron caso, tuvieron una cabeza dura, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios; (II Reyes 17, 14)

  • Simeí tuvo dieciséis hijos y seis hijas, pero sus hermanos tuvieron pocos hijos, y sus clanes no se multiplicaron como los de los hijos de Judá. (I Crónicas 4, 27)

  • Los hijos de Ulán eran guerreros valerosos, diestros en el manejo del arco; tuvieron muchos hijos y nietos, hasta 150. Todos éstos fueron descendientes de Benjamín. (I Crónicas 8, 40)


“Não queremos aceitar o fato de que o sofrimento é necessário para nossa alma e de que a cruz deve ser o nosso pão cotidiano. Assim como o corpo precisa ser nutrido, também a alma precisa da cruz, dia a dia, para purificá-la e desapegá-la das coisas terrenas. Não queremos entender que Deus não quer e não pode salvar-nos nem santificar-nos sem a cruz. Quanto mais Ele chama uma alma a Si, mais a santifica por meio da cruz.” São Padre Pio de Pietrelcina