Encontrados 10 resultados para: tercio

  • El precio era de dos tercios de siclo por las rejas y azadones y un tercio de siclo por afilar las sierras y las hoces. (I Samuel 13, 21)

  • Dividió el ejército en tres cuerpos. Dio el mando de un tercio a Joab; de otro tercio, a Abisay, hijo de Sarvia, hermano de Joab, y de otro a Itay de Gat. Después dijo al ejército: "Yo iré también con vosotros a la guerra". (II Samuel 18, 2)

  • Y les ordenó lo siguiente: "Esto es lo que habéis de hacer: el tercio de vosotros que entra el sábado a hacer la guardia en el palacio real (II Reyes 11, 5)

  • y el otro tercio que está en la puerta del sur y el tercio que guarda la puerta que está detrás de la escolta real, haréis la guardia del templo por turno; (II Reyes 11, 6)

  • Esto es lo que habéis de hacer: el tercio de vosotros, sacerdotes, levitas, que entra de servicio el sábado, harán guardia en las puertas del templo; (II Crónicas 23, 4)

  • otro tercio estará en el palacio real; el último tercio en la puerta de los cimientos, y todo el pueblo en los atrios del templo del Señor. (II Crónicas 23, 5)

  • Nos impusimos además las siguientes obligaciones: dar un tercio de siclo al año para el culto del templo de nuestro Dios, (Nehemías 10, 33)

  • De hoy en adelante renuncio para siempre al tercio de la cosecha y a la mitad de la de los árboles frutales que me pertenecen en la región de Judea y en los tres distritos anexionados de Samaría y Galilea; (I Macabeos 10, 30)

  • Un tercio de tus habitantes morirá de peste y se consumirá de hambre en medio de ti, otro tercio caerá a cuchillo en tus alrededores y el otro lo esparciré yo a todos los vientos, desenvainando detrás de ellos la espada. (Ezequiel 5, 12)

  • Yo, Tercio, que he escrito esta carta, os saludo en el Señor. (Romanos 16, 22)


“Se você não entrega seu coração a Deus, o que lhe entrega?” “Você deve seguir outra estrada. Tire de seu coração todas as paixões deste mundo, humilhe-se na poeira e reze! Dessa forma, certamente você encontrará Deus, que lhe dará paz e serenidade nesta vida e a eterna beatitude na próxima.” São Padre Pio de Pietrelcina