Encontrados 123 resultados para: saber

  • El Señor Dios prosiguió: "¿Quién te ha hecho saber que estabas desnudo? ¿No habrás comido del árbol del que te prohibí comer?". (Génesis 3, 11)

  • El Señor le dijo: "Has de saber que tus descendientes vivirán como extranjeros en tierra extraña, en la que serán esclavos y estarán oprimidos durante cuatrocientos años; (Génesis 15, 13)

  • Ahora, si queréis mostrar amistad y lealtad hacia mi amo, decídmelo; y si no, decídmelo también, para saber a qué atenerme". (Génesis 24, 49)

  • Jacob le preguntó: "Por favor, ¿cómo te llamas?". Él respondió: "¿Por qué quieres saber cómo me llamo?". Y allí mismo le bendijo. (Génesis 32, 30)

  • El Faraón dijo a José: "Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay hombre tan inteligente y sabio como tú; (Génesis 41, 39)

  • Presentará con sus propias manos la ofrenda que ha de ser quemada, a saber, las grasas y el pecho, para ofrecerlo con el rito de presentación delante del Señor. (Levítico 7, 30)

  • Podrá comer el alimento de su Dios, a saber, las ofrendas santas y santísimas; (Levítico 21, 22)

  • "A partir del día después del sábado, a saber, del día en que hayáis ofrecido la gavilla con el rito de presentación, contaréis siete semanas completas. (Levítico 23, 15)

  • pero pasad aquí también vosotros esta noche para saber lo que vuelve a decirme el Señor". (Números 22, 19)

  • Hazle saber que yo hago con él un pacto de paz. (Números 25, 12)

  • Cuando el rey de Ay vio la situación, salió a toda prisa a presentar batalla contra Israel, él y todo su pueblo, en la pendiente de frente a la Arabá; pero sin saber que le habían tendido una emboscada por detrás de la ciudad. (Josué 8, 14)

  • Esperaron hasta no saber qué pensar, pues él no abría las puertas de la sala de verano. Entonces tomaron una llave y abrieron. Su señor yacía en tierra, muerto. (Jueces 3, 25)


“Subamos sem nos cansarmos, sob a celeste vista do Salvador. Distanciemo-nos das afeições terrenas. Despojemo-nos do homem velho e vistamo-nos do homem novo. Aspiremos à felicidade que nos está reservada.” São Padre Pio de Pietrelcina