Encontrados 146 resultados para: ningún

  • La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: "¿Es cierto que os ha dicho Dios: No comáis de ningún árbol del jardín?". (Génesis 3, 1)

  • Éste es mi pacto con vosotros: Ningún ser viviente volverá a ser exterminado por las aguas del diluvio, ni volverá a haber diluvio que arrase la tierra". (Génesis 9, 11)

  • Y si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este juramento que me haces, pero de ningún modo lleves allí a mi hijo". (Génesis 24, 8)

  • La joven era muy bella y virgen; ningún varón la había tocado. Bajó a la fuente, llenó el cántaro e iba ya a subir, (Génesis 24, 16)

  • Un día entró José en la casa para sus quehaceres, y no había entonces en la casa ningún criado. (Génesis 39, 11)

  • Rubén les respondió: "Ya os dije yo que no hicierais ningún mal al muchacho, pero no me escuchasteis. Ahora se nos pide cuentas de su sangre". (Génesis 42, 22)

  • El Señor dijo a Moisés y a Aarón: "Ésta es la ley de la pascua: ningún extranjero podrá comerla. (Exodo 12, 43)

  • Si alguno de los extranjeros que habitan junto a ti quiere celebrar la pascua, tendrán que circuncidarse todos sus varones, y entonces se le admitirá, como si fuera un indígena; pero ningún incircunciso podrá comerla. (Exodo 12, 48)

  • Si unos hombres se pelean y golpean a una mujer encinta haciéndola abortar, pero sin ningún daño especial, el que la ha golpeado será multado con la cantidad que el marido de la mujer pida y decidan los jueces. (Exodo 21, 22)

  • Comerás lo que ha servido para su expiación al investirlos y consagrarlos. Pero ningún otro comerá de ello, porque es cosa santa. (Exodo 29, 33)

  • No comeréis ningún reptil; ni los que se arrastren sobre su vientre, ni los que caminen sobre sus cuatro o más patas, pues son cosa repugnante. (Levítico 11, 42)

  • porque la sangre es la vida de todo ser viviente. Por eso he dicho yo a los israelitas: No comeréis la sangre de ningún animal, porque la sangre es la vida de todo ser viviente; quien comiere de ella será extirpado. (Levítico 17, 14)


“O Senhor sempre orienta e chama; mas não se quer segui-lo e responder-lhe, pois só se vê os próprios interesses. Às vezes, pelo fato de se ouvir sempre a Sua voz, ninguém mais se apercebe dela; mas o Senhor ilumina e chama. São os homens que se colocam na posição de não conseguir mais escutar.” São Padre Pio de Pietrelcina