Encontrados 24 resultados para: hubiese

  • Si el animal hubiese sido despedazado, lo traerá para testimonio, pero no pagará nada por el animal despedazado. (Exodo 22, 12)

  • Su mujer le respondió: "Si el Señor quisiese hacernos morir, no hubiese aceptado el holocausto ni la ofrenda ni nos hubiese revelado todas estas cosas". (Jueces 13, 23)

  • Seguro que si el pueblo hubiese comido hoy del botín que encontró entre sus enemigos, la derrota de los filisteos hubiese sido mayor". (I Samuel 14, 30)

  • De otro modo, ¡vive el Señor, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte el mal!, de no haber salido tú pronto a mi encuentro, al despuntar el alba no hubiese quedado de Nabal un solo varón". (I Samuel 25, 34)

  • Joab respondió: "Vive Dios, que si tú no hubieses hablado, el pueblo no hubiese cesado de perseguir cada uno a su hermano hasta mañana". (II Samuel 2, 27)

  • David y todo el pueblo que le acompañaba se pusieron en marcha y pasaron el Jordán, de modo que al amanecer no quedaba ninguno que no hubiese pasado el Jordán. (II Samuel 17, 22)

  • Si yo hubiese atentado a ocultas contra su vida, como al rey nada se le oculta, tú te habrías quedado al margen". (II Samuel 18, 13)

  • El Señor vio con buenos ojos que Salomón hubiese pedido tal cosa, (I Reyes 3, 10)

  • y le dijo: "Esto dice el Señor: Por haber enviado mensajeros a consultar a Belcebú, dios de Ecrón, como si no hubiese Dios en Israel para consultar su oráculo, no te levantarás ya de la cama, sino que morirás sin remedio". (II Reyes 1, 16)

  • Los israelitas clamaron al Señor, su Dios, al ver que los rodeaban sus enemigos sin que hubiese posibilidad de escapar. (Judit 7, 19)

  • Tampoco ahora habría levantado mi espada contra tu pueblo, que habita en la montaña, si no me hubiese despreciado; pero él lo ha querido. (Judit 11, 2)

  • "Pero esto no es todo; hasta la misma reina Ester, en el banquete que ha dado, no ha querido que hubiese nadie fuera del rey y yo, y nos ha invitado de nuevo para mañana. (Ester 5, 12)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina