Encontrados 20 resultados para: dignatarios

  • El rey lo sentó a su lado y dijo a sus dignatarios: "Id con él al centro de la ciudad y pregonad que nadie, bajo ningún pretexto, acuse a Jonatán; y que nadie, por ninguna causa, lo moleste". (I Macabeos 10, 63)

  • El rey partió rápidamente para reprimir la insurrección, dejando en su lugar a Andrónico, uno de los dignatarios más grandes de su corte. (II Macabeos 4, 31)

  • y los llevé al templo del Señor, a la sala de Benhanán, hombre de Dios, la que está junto a la sala de los dignatarios, encima de la de Maasías, hijo de Salún, guardián de la puerta. (Jeremías 35, 4)

  • bajó al palacio real, a la sala del secretario, donde estaban reunidos en sesión todos los dignatarios: Elisamá, el secretario; Delayas, hijo de Semayas; Elnatán, hijo de Acbor; Gamarías, hijo de Safán; Sedecías, hijo de Ananías, y todos los demás dignatarios. (Jeremías 36, 12)

  • Entonces todos los dignatarios mandaron a Yehudí, hijo de Natanías, hijo de Selemías, hijo de Cusí, a decir a Baruc: "Tráenos el libro que has leído al pueblo". Baruc, hijo de Nerías, tomó el libro y fue donde ellos. (Jeremías 36, 14)

  • Entonces los dignatarios dijeron a Baruc: "Ve y escóndete, con Jeremías: que nadie sepa dónde estáis". (Jeremías 36, 19)

  • Entonces el rey mandó a Yehudí a buscar el libro. Éste lo tomó de la sala del secretario Elisamá y se lo leyó en alta voz al rey y a todos los dignatarios reunidos en torno al monarca. (Jeremías 36, 21)

  • Jeremías respondió: "¡No es verdad, yo no me paso a los caldeos!". Pero Yirayas, no haciéndole caso, prendió a Jeremías y lo llevó a los dignatarios. (Jeremías 37, 14)

  • Aquellos dignatarios dijeron al rey: "Pedimos la muerte de este hombre, que desalienta a los combatientes que quedan en esta ciudad y a todo el pueblo, al hablarles en tales términos. Es evidente que este hombre no busca el bien de este pueblo, sino su desgracia". (Jeremías 38, 4)

  • Si los dignatarios llegan a saber que yo he hablado contigo y se presentan a ti para decirte: Queremos saber qué has dicho al rey y qué es lo que el rey te ha respondido; no nos ocultes nada, de lo contrario te mataremos, (Jeremías 38, 25)

  • Vinieron, en efecto, todos los dignatarios a interrogar a Jeremías; pero él les contestó conforme a la sugerencia del rey y no lo molestaron más, pues la conversación no había sido oída. (Jeremías 38, 27)

  • El rey de Babilonia mandó degollar a los hijos de Sedecías, ante sus propios ojos; asimismo degolló en Ribla a todos los dignatarios de Judá. (Jeremías 52, 10)


“As almas não são oferecidas como dom; compram-se. Vós ignorais quanto custaram a Jesus. É sempre com a mesma moeda que é preciso pagá-las”. São Padre Pio de Pietrelcina