Encontrados 11 resultados para: costado

  • Cada uno agarró a su adversario por la cabeza y le clavó la espada en el costado, de suerte que todos cayeron juntos. Por eso se llamó a aquel lugar "Campo de los costados"; está cerca de Gabaón. (II Samuel 2, 16)

  • Cuando estaban junto a la gran piedra que hay en Gabaón, llegó Amasá frente a ellos. Joab iba vestido con uniforme militar y llevaba al costado una espada envainada. La espada se le salió y se cayó. (II Samuel 20, 8)

  • La puerta de entrada al departamento interior estaba en el costado derecho del edificio, y por una escalera de caracol se subía al intermedio, y del intermedio, al tercero. (I Reyes 6, 8)

  • Su vigor se convierte en flaqueza, la desgracia se ciñe a su costado. (Job 18, 12)

  • Después me llevó a la entrada del templo. Allí, bajo el umbral del templo, brotaba agua en dirección este, pues la fachada del templo miraba al este. Estas aguas se deslizaban de debajo del costado derecho del templo, al sur del altar. (Ezequiel 47, 1)

  • El Señor le dijo: "Tú te enfadas por un ricino que no te ha costado fatiga alguna, que no has hecho tú crecer, que en una noche ha nacido y en una noche ha muerto, (Jonás 4, 10)

  • pero uno de los soldados le traspasó el costado con una lanza, y al punto salió sangre y agua. (Juan 19, 34)

  • Y les enseñó las manos y el costado. Los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. (Juan 20, 20)

  • Los otros discípulos le dijeron: "Hemos visto al Señor". Él les dijo: "Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creo". (Juan 20, 25)

  • Luego dijo a Tomás: "Trae tu dedo aquí y mira mis manos; trae tu mano y métela en mi costado, y no seas incrédulo sino creyente". (Juan 20, 27)

  • De repente se presentó un ángel del Señor, y la celda quedó toda iluminada. El ángel tocó a Pedro en el costado y lo despertó diciendo: "Levántate en seguida". Y se le cayeron las cadenas de las manos. (Hechos 12, 7)


“Esforce-se, mesmo se for um pouco, mas sempre…” São Padre Pio de Pietrelcina