Encontrados 28 resultados para: concedido
Y el Señor nos ha ordenado poner en práctica todas estas leyes y temer al Señor, nuestro Dios, para que seamos dichosos y vivamos, como nos ha concedido hasta ahora. (Deuteronomio 6, 24)
Ella le respondió: "Si has hecho una promesa al Señor, padre mío, haz conmigo lo que has prometido, ya que el Señor te ha concedido vengarte de tus enemigos, los amonitas". (Jueces 11, 36)
Yo le pedí un hijo, y el Señor me ha concedido lo que le pedía. (I Samuel 1, 27)
Samuel dijo a los israelitas: "Os he concedido todo lo que me habéis pedido y he puesto sobre vosotros un rey. (I Samuel 12, 1)
Pero David dijo: "No obréis así después de lo que el Señor nos ha concedido. Nos ha protegido y ha puesto en nuestras manos esta banda que había venido contra nosotros. (I Samuel 30, 23)
"¡Bendito sea el Señor, que ha concedido la paz a su pueblo Israel, tal como lo había prometido! Ni una sola de sus promesas de bienandanza, hechas por medio de Moisés, su siervo, ha fallado. (I Reyes 8, 56)
Naamán, general del ejército del rey de Siria, era un hombre tenido en mucho y apreciado por su señor, porque por su medio el Señor había concedido una victoria a Siria. Pero estaba leproso. (II Reyes 5, 1)
Restauró las ciudades fuertes de Judá aprovechando aquellos años en que el país gozaba de tranquilidad y no había guerra alguna, porque el Señor le había concedido la paz. (II Crónicas 14, 5)
Por eso dijo a Judá: "Restauremos estas ciudades, rodeémoslas de murallas, torres, puertas y barras mientras el país está en nuestras manos. Hemos buscado al Señor, y el Señor nos ha concedido la paz con nuestros vecinos". Y realizaron todas las construcciones. (II Crónicas 14, 6)
Todo Judá estaba contento por el juramento que acababan de hacer con todo el corazón; con toda su buena voluntad habían buscado al Señor, y él se había dejado encontrar por ellos, y les había concedido la paz en todas sus fronteras. (II Crónicas 15, 15)
A pesar de todo, ahora el Señor nos ha concedido la gracia de dejarnos un resto y de darnos un asilo en su tierra santa. El Señor ha iluminado nuestros ojos y nos ha dado un respiro en medio de nuestra esclavitud. (Esdras 9, 8)
El sumo sacerdote Joaquín y el consejo de los israelitas residentes en Jerusalén vinieron a admirar los beneficios que Dios había concedido a Israel, a ver a Judit y a felicitarla. (Judit 15, 8)