Encontrados 16 resultados para: cojo
No se acercará ningún defectuoso, sea ciego o cojo, mutilado o deforme, (Levítico 21, 18)
Nunca ofreceréis al Señor animal ciego, cojo o mutilado, ulcerado, sarnoso o herpético, como ofrendas para ser quemadas sobre el altar en honor del Señor. (Levítico 22, 22)
Si es defectuoso, si es cojo o ciego o con otro defecto, no lo ofrecerás en sacrificio al Señor, tu Dios. (Deuteronomio 15, 21)
Jonatán, hijo de Saúl, tenía un hijo cojo. Tenía cinco años cuando llegó de Yezrael la noticia sobre Saúl y Jonatán. Su nodriza le tomó para huir con él, pero en la precipitación de la fuga cayó y quedó cojo. Se llamaba Meribaal. (II Samuel 4, 4)
Pero Meribaal vivía en Jerusalén, porque comía siempre a la mesa del rey; era cojo de ambos pies. (II Samuel 9, 13)
Él respondió: "Mi señor, el rey; mi servidor me engañó, pues tu siervo le dijo: Aparéjame el asno para montar en él e ir con el rey; porque tu siervo es cojo. (II Samuel 19, 27)
Era yo los ojos para el ciego, para el cojo los pies; (Job 29, 15)
El cojo no va lejos con sus piernas, así el proverbio en la boca del necio. (Proverbios 26, 7)
Saltará el cojo como un ciervo, la lengua del mudo gritará de júbilo, porque en el desierto brotarán corrientes de agua, y torrentes en la estepa; (Isaías 35, 6)
Pues yo, el Señor, tu Dios, te cojo de la diestra y te digo: No temas, que yo vengo a ayudarte. (Isaías 41, 13)
Yo los traigo de la tierra del norte y los congrego de los extremos de la tierra; están todos: el cojo y el ciego, la embarazada y la parturienta, una gran multitud que vuelve aquí. (Jeremías 31, 8)
Si tu mano o tu pie son para ti ocasión de pecado, córtatelos y tíralos lejos de ti. Más te vale entrar en la vida manco o cojo que con las dos manos o los dos pies ser arrojado al fuego eterno. (Mateo 18, 8)