Encontrados 16 resultados para: buscáis

  • Eliseo les dijo: "No es éste el camino, ni ésta la ciudad. Seguidme y os guiaré donde está el hombre que buscáis". Y los llevó a Samaría. (II Reyes 6, 19)

  • salió al encuentro de Asá y le dijo: "Óyeme, Asá, y escuchadme todos los de Judá y Benjamín. El Señor está con vosotros porque vosotros estáis con él. Cuando vosotros le buscáis, él se deja encontrar por vosotros; pero si lo abandonáis, él se aleja. (II Crónicas 15, 2)

  • estad orgullosos de su santo nombre, alegraos los que buscáis al Señor. (Salmos 105, 3)

  • Escuchadme, vosotros, los que vais en pos de la justicia, los que buscáis al Señor; mirad la roca de la que fuisteis tallados, la cavidad de la que fuisteis extraídos. (Isaías 51, 1)

  • Yo enviaré mi mensajero a reparar el camino delante de mí; pronto vendrá a su templo el Señor, a quien vosotros buscáis; el ángel de la alianza, por quien tanto suspiráis, ya está para llegar -dice el Señor todopoderoso-. (Malaquías 3, 1)

  • Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: "No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. (Mateo 28, 5)

  • Pero él les dijo: "No os asustéis. Buscáis a Jesús nazareno, el crucificado. Ha resucitado. No está aquí. Ved el sitio donde lo pusieron. (Marcos 16, 6)

  • Ellas se asustaron y bajaron los ojos; ellos les dijeron: "¿Por qué buscáis entre los muertos al que vive? (Lucas 24, 5)

  • Jesús se volvió y, al verlos, les dijo: "¿Qué buscáis?". Ellos le dijeron: "Rabí (que significa maestro), ¿dónde vives?". (Juan 1, 38)

  • ¿Cómo podéis creer, si sólo buscáis honores los unos de los otros, y no buscáis el honor que viene del Dios único? (Juan 5, 44)

  • Jesús les contestó: "Os aseguro que no me buscáis porque habéis visto milagros, sino porque habéis comido pan hasta hartaros. (Juan 6, 26)

  • Y Jesús, que sabía todo lo que iba a sucederle, salió y les dijo: "¿A quién buscáis?". (Juan 18, 4)


“Há alegrias tão sublimes e dores tão profundas que não se consegue exprimir com palavras. O silêncio é o último recurso da alma, quando ela está inefavelmente feliz ou extremamente oprimida!” São Padre Pio de Pietrelcina