Encontrados 11 resultados para: anaquitas

  • Antiguamente vivían allí los emitas, pueblo grande, numeroso y de alta estatura, como los anaquitas. (Deuteronomio 2, 10)

  • Lo mismo que los anaquitas, eran tenidos por refaítas, pero los moabitas los llamaban emitas. (Deuteronomio 2, 11)

  • nación grande, numerosa y de alta estatura, como los anaquitas. El Señor los destruyó ante los amonitas, que los echaron y se establecieron en su lugar; (Deuteronomio 2, 21)

  • Se trata de un pueblo numeroso, de estatura gigantesca, descendiente de los anaquitas, que tú ya conoces y de los cuales has oído decir: ¿Quién podrá mantenerse firme ante los hijos de Anac? (Deuteronomio 9, 2)

  • Josué se puso en marcha, exterminó a los anaquitas de la montaña, de Hebrón, de Debir, de Anab, de toda la montaña de Judá y de toda la montaña de Israel, y destruyó todas sus ciudades. (Josué 11, 21)

  • No quedaron anaquitas en la tierra de los israelitas, excepto en Gaza, en Gat y en Asdod. (Josué 11, 22)

  • Dame, pues, esta montaña que el Señor me prometió aquel día, como tú mismo lo oíste. Allí están los anaquitas, y hay ciudades grandes y fortificadas. Si el Señor está conmigo, yo los echaré de allí, como él prometió". (Josué 14, 12)

  • El nombre primitivo de Hebrón era Quiriat Arbá. Arbá había sido el hombre más grande de los anaquitas. Y la tierra gozó de paz. (Josué 14, 15)

  • A Caleb, hijo de Jefoné, se le dio una parte en medio de los hijos de Judá, tal como el Señor había ordenado a Josué: Quiriat Arbá, metrópoli de los anaquitas, es decir, Hebrón. (Josué 15, 13)

  • Quiriat Arbá, ciudad principal de los anaquitas, o sea, Hebrón, en la montaña de Judá, y los ejidos de alrededor; (Josué 21, 11)

  • Gaza está rapada al cero, Ascalón está en silencio y tú, Asdod, resto de los anaquitas, ¿hasta cuándo te harás cortaduras? (Jeremías 47, 5)


“No tumulto das paixões terrenas e das adversidades, surge a grande esperança da misericórdia inexorável de Deus. Corramos confiantes ao tribunal da penitência onde Ele, com ansiedade paterna, espera-nos a todo instante.” São Padre Pio de Pietrelcina