Encontrados 23 resultados para: alba

  • Al despuntar el alba, los ángeles instaban a Lot diciéndole: "Levántate, toma contigo a tu mujer y a tus dos hijas que se encuentran aquí, no sea que perezcas por culpa de la ciudad". (Génesis 19, 15)

  • Jacob se quedó solo, y un hombre estuvo luchando con él hasta despuntar el alba. (Génesis 32, 25)

  • El hombre dijo a Jacob: "Suéltame, que ya raya el alba"; Jacob respondió: "No te soltaré si antes no me bendices". (Génesis 32, 27)

  • El día séptimo se levantaron con el alba, y dieron siete vueltas a la ciudad del mismo modo; sólo ese día dieron siete vueltas. (Josué 6, 15)

  • Al despuntar el alba, Samuel llamó a Saúl y le dijo: "Levántate y sigue tu camino". Saúl se levantó y salieron los dos fuera. (I Samuel 9, 26)

  • Después dijo Saúl: "Bajemos esta noche a perseguir y a saquear a los filisteos hasta despuntar el alba sin dejar a uno vivo". Le respondieron: "Haz lo que quieras". Pero el sacerdote dijo: "Antes, consultemos a Dios". (I Samuel 14, 36)

  • De otro modo, ¡vive el Señor, Dios de Israel, que me ha impedido hacerte el mal!, de no haber salido tú pronto a mi encuentro, al despuntar el alba no hubiese quedado de Nabal un solo varón". (I Samuel 25, 34)

  • De esta forma, mientras la mitad empuñaba las lanzas, trabajábamos desde el despuntar del alba hasta que aparecían las estrellas. (Nehemías 4, 15)

  • Al rayar el alba, colgaron la cabeza de Holofernes en las murallas. Tomó cada cual sus armas y salieron en grupos hacia las subidas de la montaña. (Judit 14, 11)

  • Se oscurezcan las estrellas de su aurora, espere la luz, y no le llegue; y no vea los párpados del alba (Job 3, 9)

  • mientras a coro cantaban las estrellas del alba y exultaban todos los hijos de Dios? (Job 38, 7)

  • Me levanto al alba para pedirte ayuda, espero en tus palabras; (Salmos 119, 147)


Por que a tentação passada deixa na alma uma certa perturbação? perguntou um penitente a Padre Pio. Ele respondeu: “Você já presenciou um tremor de terra? Quando tudo estremece a sua volta, você também é sacudido; no entanto, não necessariamente fica enterrado nos destroços!” São Padre Pio de Pietrelcina