Encontrados 16 resultados para: Aserá
quitó la dignidad de reina madre a su abuela Macá por haber hecho una imagen de Aserá. Asá destruyó la imagen y la quemó en el torrente Cedrón. (I Reyes 15, 13)
Y hasta puso la imagen de Aserá en el templo del Señor, del que el Señor había dicho a David y a Salomón, su hijo: "En este templo y en Jerusalén, elegida por mí entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre; (II Reyes 21, 7)
El rey ordenó al sumo sacerdote Jelcías, al sacerdote segundo y a los guardianes de la puerta sacar fuera del templo del Señor todos los utensilios del culto de Baal, de Aserá y de los astros del cielo; los quemó a las afueras de Jerusalén en los campos del Cedrón y llevó sus cenizas a Betel. (II Reyes 23, 4)
Sacó del templo del Señor la imagen de Aserá, la quemó a las afueras de Jerusalén, junto al torrente Cedrón, y tiró sus cenizas en la fosa común. (II Reyes 23, 6)
Demolió la casa de prostitución, contigua al templo del Señor, donde las mujeres tejían mantos para la Aserá. (II Reyes 23, 7)
El rey Asá quitó la dignidad de reina a su madre Maacá, porque había hecho una imagen de Aserá; Asá destruyó la imagen y la quemó en el torrente Cedrón. (II Crónicas 15, 16)
Siguió con orgullo los caminos del Señor, y quitó de nuevo de Judá las colinas y las imágenes de Aserá. (II Crónicas 17, 6)
No obstante, algo bueno hay en ti, pues has destruido las imágenes de Aserá y buscas a Dios de corazón". (II Crónicas 19, 3)
Abandonaron el templo del Señor, Dios de sus padres, y dieron culto a imágenes de Aserá y a otros ídolos. Esto provocó la cólera divina, que cayó sobre Judá y Jerusalén. (II Crónicas 24, 18)
Cuando todo acabó, los israelitas que habían estado presentes recorrieron las ciudades de Judá destruyendo los cipos sagrados, las imágenes de Aserá, los lugares de culto de las colinas y los altares en todo Judá, Benjamín, Efraín y Manasés hasta su extinción total. Luego regresaron a sus ciudades, cada uno a su propiedad. (II Crónicas 31, 1)
Reconstruyó las colinas que su padre Ezequías había destruido, levantó altares a Baal, hizo imágenes de Aserá y adoró a todos los astros del cielo y les rindió culto. (II Crónicas 33, 3)
Y hasta puso la imagen de Aserá en el templo del Señor, del que Dios había dicho a David y a Salomón, su hijo: "En este templo y en Jerusalén, elegida por mí entre todas las tribus de Israel, pondré mi nombre para siempre; (II Crónicas 33, 7)