Encontrados 140 resultados para: tampoco

  • no había sobre la tierra arbusto alguno, ni había brotado aún ninguna planta silvestre, pues Yavé Dios no había hecho llover todavía sobre la tierra, y tampoco había hombre que cultivara el suelo (Génesis 2, 5)

  • Pues contra mi voluntad fui raptado del país de los hebreos, y tampoco aquí he hecho nada por lo que merezca estar en prisión.» (Génesis 40, 15)

  • Tampoco subirás por gradas a mi altar, para que no se descubra tu desnudez. (Exodo 20, 26)

  • y Moisés se acercará solo a Yavé; ellos no se acercarán, y tampoco el pueblo subirá con ellos.» (Exodo 24, 2)

  • Este será para ustedes el óleo de la unción sagrada de generación en generación. Nadie se ungirá con él, ni tampoco harán otro óleo de semejante composición. Es santo y lo tendrán por cosa sagrada. (Exodo 30, 32)

  • Si a esta persona tampoco le alcanza para ofrecer dos tórtolas o dos pichones, ofrecerá por su pecado, para que se le perdone, una décima parte de flor de harina. No le pondrá aceite, ni pondrá encima incienso, pues es ofrenda por el pecado. (Levítico 5, 11)

  • Ustedes no comerán su carne y tampoco tocarán su cadáver: serán impuros para ustedes. (Levítico 11, 8)

  • Por eso he dicho a los hijos de Israel: «Ninguno de ustedes comerá sangre, ni tampoco el forastero que viva entre ustedes.» (Levítico 17, 12)

  • No tendrás relaciones con una mujer y su hija, y tampoco tomarás a su nieta, pues te respetarás a ti mismo. (Levítico 18, 17)

  • No te acostarás con un animal: la mancha te quedaría. Tampoco la mujer se dejará cubrir por un animal: esto es una cosa abominable. (Levítico 18, 23)

  • Ustedes guarden mis leyes y mis normas y no cometan ninguna de estas abominaciones ni tampoco los forasteros que vivan entre ustedes. (Levítico 18, 26)

  • Tampoco rebusques en tus viñas, ni recojas de tus huertos las frutas caídas. Las dejarás al pobre y al forastero: ¡yo soy Yavé, tu Dios! (Levítico 19, 10)


Como distinguir uma tentação de um pecado e como estar certo de que não se pecou? – perguntou um penitente. Padre Pio sorriu e respondeu: “Como se distingue um burro de um homem? O burro tem de ser conduzido; o homem conduz a si mesmo!” São Padre Pio de Pietrelcina