13. Contempla la obra de Dios: ¿quién podrá enderezar lo que él ha curvado? En los días felices disfruta de la felicidad, y en el día de la desgracia, abre los ojos: Dios los ha dispuesto a ambos de tal manera que nadie pueda saber cuál será su fin.





“O mais belo Credo é o que se pronuncia no escuro, no sacrifício, com esforço”. São Padre Pio de Pietrelcina