7. y se lo entregaba a los sacerdotes, descendientes de Aarón, para el altar. A los levitas, que prestan sus servicios en Jerusalén, les entregaba la décima parte del trigo, del vino y del aceite, de las granadas, de los higos y de los otros frutos de los árboles. Otra décima parte la hacía dinero y lo distribuía cada año en Jerusalén.





“Apóie-se, como faz Nossa Senhora, à cruz de Jesus e nunca lhe faltará conforto”. São Padre Pio de Pietrelcina