Salmos, 94
22. pero el Señor es para mí la fortaleza, mi Dios es la roca donde yo me refugio.
22. pero el Señor es para mí la fortaleza, mi Dios es la roca donde yo me refugio.
El Salmo 94 es una oración lamentable en la que el salmista llora a Dios por la justicia frente a la opresión e injusticia de los malvados. Se pregunta por qué Dios no parece intervenir y le pide que juzgue a los opresores y les corresponda de acuerdo con sus obras. A continuación se presentan cinco versos relacionados con los temas cubiertos en el Salmo 94:
Proverbios 24:17-18: "No es feliz cuando tu enemigo cae, ni exultó su corazón cuando tropieza; para que el Señor no lo vea y lo desagrade, y se desvíe de él su ira". Este versículo muestra la importancia de no desear el mal de nuestro enemigo, incluso si nos oprime. Debemos confiar en Dios para hacer justicia.
Romanos 12:19: "Amado, nunca busque vengarse, pero deja con Dios la ira, porque está escrita", mi venganza; Volveré ", dice el Señor". El salmista pide venganza, pero la Biblia nos enseña a confiar en Dios para hacer justicia en lugar de buscarla por nosotros mismos.
Hebreos 10:30: "Porque sabemos el que dijo:" Mi es venganza; Volveré, "y nuevamente," El Señor juzgará a su pueblo ". Al igual que el salmista, los cristianos pueden confiar en que Dios juzgará a los opresores y le hará justicia en su tiempo.
1 Pedro 5:7: "Lancone sobre él toda su ansiedad, porque te cuida". El salmista expresa su ansiedad y preocupación por la opresión de los malvados, pero la Biblia nos enseña a lanzar todas nuestras ansiedades sobre Dios, porque nos importa.
Apocalipsis 6:10: "¿Y gritaron en voz alta:" Hasta cuando, soberano, santo y verdadero, esperarás para juzgar a los habitantes de la tierra y vengar nuestra sangre? "" Este verso habla de mártires que claman por justicia y venganza, al igual que el salmista. Pero al igual que ellos, debemos confiar en que Dios hará justicia en el momento adecuado.
“A meditação não é um meio para chegar a Deus, mas um fim. A finalidade da meditação é o amor a Deus e ao próximo.” São Padre Pio de Pietrelcina
