Génesis, 20
17. Abraham rogó a Dios, y Dios curó a Abimélek, a su mujer, y a sus concubinas, que tuvieron hijos;
17. Abraham rogó a Dios, y Dios curó a Abimélek, a su mujer, y a sus concubinas, que tuvieron hijos;
Génesis 20 describe la historia de Abraham y Sara durante su estadía en la generación. Abraham, temiendo por su vida, presenta a Sara como su hermana en lugar de su esposa, llevando al rey Abimelech a tomar a Sara por sí mismo. Dios interviene en un sueño y Abimelech regresa a Sarah a Abraham, reprendiéndolo por engañarlo. Los versos seleccionados a continuación se relacionan con los temas de engaño, protección divina y arrepentimiento.
Proverbios 12:19: "El verdadero labio permanece para siempre, pero el lenguaje mentiroso, solo por un momento". Este proverbio se relaciona con el tema del engaño en Génesis 20, destacando la importancia de la honestidad y la verdad.
Salmo 121:7-8: "El Señor lo mantendrá de todo mal; mantendrá su alma. El Señor mantendrá su partida y entrada de ahora en adelante y para siempre". Estos versículos hablan sobre la protección divina, que se ve claramente en Génesis 20 cuando Dios evita que Abimelech grabe a Sara.
Proverbios 28:13: "El que cubre sus transgresiones nunca prosperará; pero lo que los confiesa y los deja alcanzará la misericordia". Este proverbio se relaciona con el tema del arrepentimiento, visto en Génesis 20, cuando Abimelech confiesa su error con Dios y recibe misericordia.
Salmo 34:18: "Cerca del Señor de aquellos que tienen un corazón roto y salvan el contrito del espíritu". Este versículo destaca la compasión de Dios por aquellos que están arrepentidos y rotos, lo que se ve en Génesis 20 cuando Abimelech se humilla ante Dios.
Proverbios 3:5-6: "Confía en el Señor de todo tu corazón y no agites en tu propio entendimiento. Lo reconoce en todos tus caminos, y él enderezará tus caminos". Estos versículos hablan sobre la importancia de la confianza en Dios y la sumisión a él en todas las áreas de la vida, que es un tema central en Génesis 20.
“Agradeça sempre ao Pai eterno por sua infinita misericórdia”. São Padre Pio de Pietrelcina
